Este artículo fue publicado originalmente hace casi ocho años en mi blog que estaba en http://blog.themysticcup.com, lugar que ya no existe y se ha convertido ahora en The Mystic Cup. El artículo revisado fue publicado esta semana y ha sido editado gracias a los aportes de varios oloshas que constructivamente señalaron áreas a ser mejoradas.
Quiero agradecerles porque su preocupación, bondad y por el deseo de contribuir es un ejemplo que me ayuda a mejorar y a su vez, a continuar edificando nuestra comunidad religiosa. Estas personas se destacaron sobre otras que ofrecieron críticas negativas sin ofrecer sugerencias para mejoras. ¡Que gran contrate! Nadie nace sabiéndolo todo, y esos que critican y no contribuyen, se quedan cortos y muchas veces están ciegos porque no ven sus propias y crasas imperfecciones. Por tanto, me tomo un momento para pedirle a Olofi que les bendiga con pruebas para que mejoren su hechura y su carácter. Puede ser que la cortesía y los modales sean las primeras lecciones que necesiten aprender.
Hablando de la cortesía y los buenos modales, ambos son elementos que distinguen de manera favorable a un individuo quien desee ser bien visto y aceptado en los círculos de las religiones tradicionales afro descendientes.
Cuando se trata de la santería, es crucial tener en mente que la conducta de los ahijados y de invitados a un evento se refleja directamente en la persona que hizo la invitación a dicha función pública. ¿Qué mejor oportunidad para crear una excelente impresión que el mostrar una conducta impecable al asistir a un Wemilere o tambor?
El Wemilere es una celebración ritual para honrar a un orisha en particular. La celebración es larga y se espera las personas que asistan al evento se queden hasta el fin del ritual. He aquí algunos puntos importantes que debe tener en cuenta cualquier persona que asista a un Wemilere.
Código de vestuario
Bien sea un aborisha*, un aleyo**, un olosha*** o un babalawo, nadie queda mal si se viste con su mejor ropa blanca para ir a un Wemilere. Sin embargo, aun si el blanco es el color preferido para esta clase de evento, se pueden también usar otros colores en tanto no sean oscuros o ropa negra.
Sin embargo, en ocasiones a una persona le pueden indicar en una consulta que se tiene que vestir de una manera determinada y con colores determinados, y que ese acto en sí, es un ebó (una obra ritual) la cual se espera produzca el resultado deseado para el individuo. Por tanto, no es bueno juzgar a las personas como se juzga a un libro por su carpeta.
Las damas deben seleccionar un vestido o una combinación de falta y blusa. Cualquiera que sea su selección, la falda debe ser larga o de ¾ de largo o unas tres pulgadas bajo la rodilla, se debe evitar faldas o vestidos cernidos. Se recomienda el uso de un pantalón corto debajo de la falda. Es práctico tener una falda holgada para poder bailar y saludar apropiadamente evitando un momento vergonzoso si es que el proceso de saludar termina mostrándole su mundo al público. En la siguiente ilustración la hilera superior muestra selecciones aceptables y la inferior muestra ejemplos de prendas de vestir que deber se evitadas.
La blusa debe tener mangas modestas, se deben evitar telas transparentes y los escotes profundos. La hilera superior en la siguiente ilustración presenta ejemplos de blusas sugeridas y la hilera inferior, ilustra ejemplos de prendas de vestir a ser evitadas.
Las damas deben cubrirse la cabeza con un turbante, pañuelo, envolviéndose la cabeza con un paño largo o con una pañoleta. Vea los ejemplos en dicho orden de izquierda a derecha.
Los zapatos deben ser cómodos para poder bailar o estar de pie por muchas horas. Los wemileres por lo general son eventos con muchas personas, y por tanto, es bueno tener un abanico y un pañuelo a mano.
Los caballeros deben usar pantalones blancos holgados, una camisa de vestir con mangas o una guayabera. De igual manera deben llevar una gorra o un sombrero. ¡Todo mundo gusta de un hombre bien vestido!
Es bastante común el ver a los oloshas usando gorras y pañuelos representando los colores emblemáticos de sus santos o vestidos usando acentos de los colores de su orisha alagbatori.
A continuación, algunos ejemplos de gorros que hice. El primero es para Eleguá y se lo confeccioné a mi hijo Ayótomíwá. El segundo es para Babalú Ayé y el tercero está inspirado en los colores de Shangó y Oshún.
Otros emblemas de importancia incluyen los elekes (collares con cuentas consagradas). Aquellos que son omó elekes (aborishas que han recibido los elekes) deben llevarlos puestos al ir a un Wemilere. Los cinco elekes básicos son los de Eleguá, Obatalá, Shangó, Yemayá y Oshún.
El código de vestuario también debe ser observado por los omó Añá (los hijos de Aña, la deidad de los tambores y los tamboreros). Es común ver que los tamboreros y hasta al akpwón no se vistan de blanco y si usando lentes oscuros. Es la responsabilidad de la persona que contrata a los tamboreros el establecer un código de vestuario y que el mismo se respete, en particular porque ellos están en el centro de un importante ritual y deben ser un ejemplo viviente para la comunidad.
Durante los difíciles tiempos que estamos viviendo con la pandemia del COVID-19 y el subsiguiente distanciamiento social, el ir a un Wemilere es un riego. Sin embargo, si usted decide ir a uno, por favor, use una mascarilla y observe reglas de higiene.
Normalmente el batá da comienzo temprano en la tarde. El comienzo del evento no está concurrido por todos los invitados y se le llama el Oro Seco u Oro Igbodu ofrecido frente al trono construido en honor del orisha que se esté celebrando. Durante el Oro Seco nadie canta o baila, esta música es únicamente para los Orishas. Digamos, por ejemplo, que el tambor se le está ofreciendo a Shangó, entonces el orden del Oro Igbodú consiste de ritmos a Eleguá, Ogún, Ochosi, Obaloke, Inle, Babalú Ayé 1, Babalú Ayé 2, Osain, Osun, Obatalá, Dada, Ogue, Aggayú, Orunmila, Oricha Oko, Ibeji, Yegguá, Oyá, Oshún, Yemayá, Obba, Shangó, Odudua.
Luego del Oro Igbodú, es el momento de brillar para la Alashé Orisha (la persona encargada de cocinar en el evento). El alashé ha estado trabajando por muchas horas para preparar una deliciosa comida para la fiesta y el primer grupo en degustarlo son los omó Añá quienes deben sostenerse con esta comida ritual para las muchas horas que les espera tocando sus tambores. Esta comida tiene sus rituales y es un festín solemne y feliz.
Luego de la comida, los omó Añá se retiran de la sala ritual y pasan a un área más amplia donde hay espacio para que la congregación escuche y baile. Este puede ser un espacio interior o en el exterior.
La segunda parte de la ceremonia es el oro cantado o el tambor con canciones de alabanza a cada uno de los orishas. Siguiendo con el caso de un tambor a Shangó, el orden es de la siguiente manera: Eleguá, Ogún, Ochosi, Inle, Babalú Ayé, Osain, Orisha Oko, Obatalá, Dada/Korinkoto/Ogue, Ibeji, Aggayú, Obatalá, Obba, Yegguá, Oyá, Yemayá, Oshún, Orunmila, Shangó.
La tercera parte del tambor es el eyá aranlá o el tambor abierto. En este participa la congregación. Es aquí donde el Akpwón tiene la libertad de seleccionar a cuál orisha cantar de acuerdo a los oloshas presentes. El Akpwón cantará en orden de jerarquía. Por ejemplo, el Akpwón puede cantar en el siguiente orden: Eleguá, Ogún, and Ochosi, then Obatalá, Oshún, Yemayá y Shangó.
Esta es la oportunidad para que los oloshas invitados saluden al tambor haciendo balé o postrándose frente a los tambores en el suelo para luego saludar a cada uno de los tambores tocando su frente contra el centro del tambor en el siguiente orden: Iyá (el tambor madre, el de tamaño mayor), Okonkolo (tambor más pequeño) y el Itotele (tambor mediano). Los oloshas bailan la música que se toca a su orisha y el proceso dura unos 5 minutos dependiendo de cuantos oló orishas estén saludando.
Aún hay una parte mas que es el eyá aranlá, esta parte tiene una secuencia de canciones a orishas individuales. Es aquí donde el Akpwón muestra su conocimiento del lenguaje, de las canciones y del ritmo para llamar a tierra con alabanzas y puyas a los Orishas para que vengan a convivir y celebrar con sus omó Orisha (los hijos de los Orishas).
Hay un olosha que ha sido contratado para bailar al orisha a quien se festeje, permitiendo que su cuerpo sea usado para que el orisha baje a tierra en posesión ritual. El o la olosha bailará frente a los tambores con la esperanza de que el Orisha celebrado baje a tierra. Sin embargo, esto no sucede en todos los tambores.
Una vez que un orisha ha bajado posesionándose de un olosha, tanto el tamborero que toca el iyá como el Akpwón deben poner atención particular a los cambios de ritmos que el orisha pida. Según más orishas van descendiendo a la tierra los tamboreros deben mantenerles satisfechos con su música.
De la misma manera en que los tamboreros siguen un protocolo con sus canciones y sus ciclos musicales, de igual manera lo siguen los asistentes. El orden en el cual se organiza el área de baile denota el rango y la edad de los bailarines. No hay nada que cause más vergüenza para el anfitrión que ver a los aleyos y a los aborishas empujando para colocarse al frente de los tambores. Eso es sencillamente un faux pass que muestra la completa falta de conocimiento cultural y de preparación para asistir a un evento tal como este. Cualquier persona que invite a alguien a un Wemilere también debe explicar las reglas del evento.
El orden de los bailarines
Las personas que tienen kariosha o sea que son santeros van al frente; sin embargo, ellos deber tener la cortesía de dejar que las personas de mayor edad tengan el mejor lugar para bailar. Los oloshas que son hijos de la casa de santo celebrando el Wemilere también pueden estar en la fila principal.
Voy a recalcar, se considera extremadamente rudo que aleyos y aborichas se pongan a bailar frente al tambor.
Permítanme explicar, las personas no van a un Wemilere a hacer ejercicio bailando. Para el olosha el baile es un ritual, el mero acto de bailar es un acto de entrega corporal y de ponerse a la merced de su orisha alagbatori el cual puede o no seleccionar venir a tierra montando ese cuerpo. El proceso de posesión puede ser abrupto y el que no esté entrenado para lidiar con ello debe salirse de enfrente del batá. De igual manera, he visto muchos oloshas en frente de los tambores bailando que no está dispuestos a entregarse a la voluntad de su orisha. Si una persona tiene el derecho de estar en primera fila, entonces tiene también el deber de permitir a su orisha manifestarse y no batallar contra este proceso sagrado para evitar ser montado por el orisha.
¡Llegaron los Orishas!
Digamos que el Wemilere se le ha dedicado a Shangó. El anfitrión del evento invita a un caballo de Shangó a bailar para ese orisha y se le confecciona un atuendo especial para la ocasión. Hay reglas que ese olosha debe seguir antes del Wemilere. Una de ellas es la meditación y la otra la abstinencia sexual por un periodo de 24 horas previas al evento. La idea es preparar al cuerpo a para que sea portador del orisha. El cuerpo debe estar fresco y limpio, el orí del bailarín debe haber sido alimentado antes del batá. Dicho sea de paso, cuando me invitan a ir a un Wemilere, yo observo las mismas reglas del bailarín, porque como Olosha, mi cuerpo siempre debe estar a la disposición de Yemayá en caso que decida visitar.
Cuando el orisha al que se está honrando decide llegar al Wemilere, el proceso es uno de estasis y de gran gozo, al menos así es para mí. Una vez que el Orisha saluda al batá pedirá que le vistan con su ashó orisha (ropas rituales). El orisha ya bien ataviado sigue bailando y ayuda a que otros orishas bajen a tierra a celebrar. Puede que el orisha quiera conversar con sus hijos, limpiarlos o darles consejos, y a veces, amonestarlos en público.
Evite un error colosal
Estoy consciente que el estar ante la presencia de un Orisha es como estar frente a una estrella de rock, sin embargo, es imperativo tener auto control y unos modales impecables. Es una metida de pata colosal el estar siguiendo a los orishas que han bajado a tierra con la esperanza de que el orisha le hable. Si el orisha tiene un mensaje, viva convencido que ese orisha no se va de la tierra sin conversar con usted. No hay cosa más molestosa que ver a los aleyos, aborishas y hasta a oloshas aglomerados alrededor del orisha creando complicaciones para la persona que ha sido asignada a cuidar este orisha mientras está en tierra.
¿Qué hacer si un orisha quiere hablar con usted?
Asegúrese que haya alguien a mano que le pueda ayudar a traducir lo que el orisha le va a indicar. Muchos hablan Lukumí, español y hasta inglés. El orisha usa lo que esté en el cerebro del caballo para comunicarse de la mejor manera posible. En ocasiones el orisha puede hacer cosas interesantes tal como pedirle dinero y redistribuirlo a otras personas que puedan tener mayor necesidad que usted. Otras veces, un orisha puede mostrar interés por algo que usted tenga puesto o que tenga en sus manos.
Yo recuerdo una vez que yo había llevado este agbebe (abanico) delicado y hecho a mano a un Wemilere. Oyá se fijó en el agbebe y extendió su mano hacia mí. ¿Qué hice yo? Sin duda alguna incliné mi cabeza para saludarla y se lo puse en las manos. Oyá se desapareció bailando y abanicándose para refrescar a su caballo y entreteniendo a sus invitados animadamente. Cuando terminó de hacer su ronda y hablar con decenas de personas, regresó de nuevo adonde mí, limpió el sudor de la frente de su caballo con el abanico, lo cerró elegantemente y me lo puso en las manos con una bendición. ¿Quién quisiera oponerse a una orisha formidable como Oyá, negarle un gusto y perderse una hermosa bendición?
El cierre de la ceremonia
Luego que todos los orishas han dicho y hecho lo que debían, una hija de Yemayá lleva a cabo el baile del cubo. Este es un ritual de importancia para levantar cualquier negatividad que haya podido quedar y sacarla a la calle. La olosha baila con el cubo en mano y una vez vierte el agua en la calle, lo regresa frente al tambor. Los omó Añá tocan una ronda final de canciones para cerrar el batá. Se le toca un Oro Eggún (música a los ancestros) y luego el Akpwón le canta a Eleguá/Eshu y a los espíritus ancestrales y a Olokun.
Se recomienda que todas las personas que asistieron se queden hasta el final del tambor porque el mismo es un rito comunal de limpieza y todas las energías deben ser dispersadas correctamente antes de que la gente se vaya.
Hay más detalles intricados sobre un Wemilere, sin embargo, he dejado dichos datos para los iniciados porque son funciones que se llevan a cabo a puerta cerrada, no solo ser secretos, sino porque son momentos privados entre los orishas y aquellos que han hecho el sacrificio máximo de dar su vida en servicio de los orishas.
Omimelli
Oní Yemayá Achagbá
Notas:
*Una persona que alimenta a los orishas o alguien que ha recibido al menos una o dos iniciaciones tal como los elekes y/o los Guerreros.
**Una persona no iniciada.
***Una persona iniciada como sacerdote o sacerdotisa en la Santería u Orisha.
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