Es mejor tomarse el tiempo y caminar el camino hacia los orishas paso a paso que tropezar en el camino. Los pasos en falso son una pérdida de tiempo y energía para todas las partes involucradas y pueden ser una pérdida considerable de recursos financieros.
Una persona que esté considerando ser parte de una casa de orishas o ilé debe tener en cuenta que se supone existan protocolos para obtener la bendición del orisha tutelar del olorisha de la casa. Dar este paso es fundamental para un buen comienzo. En mi caso, como hija de Yemayá, es su palabra la que otorga el ingreso a mi ilé. Ahora bien, hay que tener en cuenta que esto debería ocurrir después de un período razonable de evaluación mutua. Incluso cuando el orisha concede el permiso, no significa que la relación fluirá sin problemas. Es solo una entrada, no un contrato vinculante. La experiencia me ha enseñado que muchas cosas pueden suceder en el camino.
A menudo, un aleyo (forastero) recibe una consulta o una lectura con un olorisha o un babalao, y le dan una larga lista de ebó y recomendaciones. Algunas sugerencias son apropiadas; algunas no son más que una forma de ganar dinero. Esas recomendaciones pueden ir desde un "rompimiento" o ruptura con fuerzas espirituales indeseables, ebó misí o baños rituales hasta recibir iniciaciones como elekes (collares de Orisha), Guerreros, Olokún, hasta ordenarse de inmediato por razones de salud, estabilidad, etc.
Analicemos algunos conceptos erróneos comunes. Empezaré de grande a pequeño. Rara vez hay una razón tan urgente por la que una persona necesite ser ordenada como olosha con urgencia. El odú tiene que ser severo. Recomendaría obtener una segunda e incluso una tercera opinión antes de que le asusten o le acorralen a tomar una decisión de esta magnitud. El miedo no es un consejero sabio. Una iniciación kariosha es un contrato vinculante de por vida con los orishas, sin mencionar con los padrinos seleccionados y con el ilé.
Hablemos de los guerreros, elekes, rompimientos y ebó misí
Los guerreros son una iniciación fundamental. Imagínese que cuatro fuerzas espirituales se muden a su casa sin un manual de instrucciones. En particular, tener a Eleguá, quien gusta de jugar trucos y es el maestro por excelencia, viniendo a vivir a la puerta de la casa. Mientras que algunos padrinos de Lukumí entrenan a sus ahijados, quienes han recibido guerreros sobre cómo tirar el obí agbón (coco), la mayoría no lo hace. La falta de formación deja al aborisha dependiente del padrino y a merced de las enseñanzas y trucos de Eleguá, sin forma de descifrar de inmediato ninguna de sus lecciones, y créeme, Eleguá enseñará lecciones. Cuando Eleguá está en su "capacidad de maestro", la velocidad de respuesta del mayor puede ser la primera prueba de resistencia de una relación de padrino y ahijado.
Los elekes no son una iniciación de menor calibre. Son el primer paso hacia los orishas, e implican la primera manipulación del orí de un individuo. Los elekes no son solo unas bonitas cuentas; ciertamente no son bisutería o accesorios de moda como he escuchado a algunas almas descarriadas describirlos. Son la declaración de intenciones de un individuo al servicio de los orishas.
Los rompimientos son una forma de librar a las personas de energías espirituales "negativas". Deben usarse para casos extremos y no a lo loco. Encuentro que hay pasos más sencillos para eliminar los obstáculos espirituales. Aun así, a menudo, requieren el trabajo del individuo, y muchos neófitos perezosos pagan por un ritual en lugar de mover un músculo para limpiar su desorden espiritual. Nada engendra la pereza como el dinero.
Ebó misí. Suponga que a la persona que recibe la lectura se le indica que haga baños espirituales. El olorisha haría bien en proporcionar al individuo una lista de ingredientes e instrucciones sobre cómo hacer los baños. Guiar a una persona necesitada es razonable porque permite que el individuo aprenda una habilidad fundamental, hacer un baño espiritual. Algunos pueden argumentar que hay gracia o ashé en las manos del individuo que recomienda el baño espiritual y, por lo tanto, el olorisha debe prepararlo. Sí, esto es razonable. Sin embargo, encuentro que esto también podría ser una excusa para no enseñar y para cobrar dinero por algo que puede hacer el individuo.
Protocolo, una palabra poco apreciada
A quien ya esté determinado a entrar a un ilé y a recibir iniciaciones allí, le recomiendo que lo haga con gran cuidado y respeto.
Hay una cosa maravillosamente simple que puede hacer, aunque se ha convertido en cosa rara en muchos ilés. Me refiero al presentar un plato, dos cocos, dos velas y una pequeña donación monetaria para presentar al orisha tutelar de la persona que hayas seleccionado como padrino. Esta es una ofrenda elegante y de gran significado. El plato simboliza el mundo y la comida, los cocos la comunicación con los orishas, las velas iluminan el camino y la ofrenda monetaria es una pequeña muestra del sacrificio material según los recursos del individuo. Es propio y respetuoso el pedir al olorisha si es posible dar coco para solicitar las bendiciones de su orisha tutelar. Este es un signo de respeto indicando la firme intención del devoto. Después de todo, la salvación de un individuo estará en manos del Orisha tutelar del padrino seleccionado.
Si esa persona que ha sido seleccionada como padrino o madrina se niega a solicitar esta simple aceptación, le sugiero categóricamente que evalúe dicha selección. ¿Quién se opondría a obtener la bendición de su orisha para un futuro ahijado?
Omimelli
Oní Yemayá Achabá
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